SOLOMILLO WELLINGTON
¿Quién no conoce este increíble plato de solomillo Wellington?
Se trata de uno de los más típicos para comer en familia, ya que da para mucho. Además, tiene un sabor muy suave y es realmente tierno por dentro, por lo que es una elección perfecta.
ELABORACIÓN
Para empezar con su elaboración, salpimentaremos el solomillo para dorarlo a fuego lento con un poquito de aceite y, a continuación, dejaremos que se enfríe del todo.
Cogeremos una chalota y la pelaremos y picaremos en dados pequeños. Pondremos a rehogar en la sartén que hemos utilizado anteriormente con el solomillo, pero añadiremos un poco más de aceite.
Por otra parte, lavaremos, picaremos los champiñones y los agregaremos junto a la chalota rehogándolos un poco. Cogeremos una botella de brandy y le daremos un hervor. Aplicaremos la nata y lo cocinaremos todo durante 5 minutos a fuego suave y trituraremos toda la mezcla con la batidora.
Pondremos las lonchas de jamón de manera que se solapen una sobre otra sobre un trozo de papel de horno. Las untaremos con mostaza y agregaremos la mezcla de champiñones y chalota extendiéndola.
Seguidamente, untaremos con paté todo el solomillo y colocaremos el solomillo encima del jamón. Gracias al papel de horno podremos envolver las lonchas de jamón por el solomillo. Lo introduciremos en el frigorífico y lo dejaremos asentar durante 1 hora.
Cuando haya acabado el tiempo, retiraremos el papel de horno y envolveremos el solomillo con una lámina de hojaldre, pero dejando hacia abajo la parte de la junta. Cómo no, untaremos el hojaldre con huevo batido y lo colocaremos en una placa de horno que esté forrada con papel de hornear.
Tendremos que cortar un par de tiras finas de otra lámina de hojaldre para colocarlas encima en forma cruzada. También las untaremos con huevo batido y pondremos el solomillo a hornear durante 30 minutos a una temperatura de 190º C.
Finalmente, y cuando haya pasado el tiempo de espera, sacaremos el solomillo del horno y dejaremos reposar unos 10 minutos antes de intentar cortarlo.
El plato ya estará listo para servir, aunque todavía podremos añadirle hojas de perejil para adornarlo o cualquier acompañamiento que se desee.
No esperemos más, ¡a comer nuestro delicioso solomillo Wellington!